El sexo constituye de por sí la alquimia espiritual
resultante de la relación de vuestra naturaleza inferior con vuestro yo
superior para lograr la completa unión con la divinidad y que, cuando se
realiza bajo el impulso del amor, consentido y con sentido, es elevado a su
máxima expresión, en su correcto plano y consumado en los más altos niveles de
irradiación espiritual, sin embargo, una parte de la
humanidad ha aminorado el simbolismo y sus pensamientos lo han envilecido, de
alguna manera, hasta convertirlo en una función meramente animal, tratando de
obtener, por medio de la expresión física, la fusión y la armonía internas que
anhela, y esto no es posible, porque el sexo es el símbolo de una dualidad
interna que debe ser trascendida y llevada a la unidad, pero no por medios o
rituales físicos, sino a nivel de conciencia. La fuerza de la atracción sexual
proviene del plano físico y se manifiesta como una fuerza de integración entre
espíritu y materia; hablando espiritualmente, se demuestra como la actividad
del espíritu cuando trata de llevar al yo inferior a una plena realización;
hablando físicamente, como el impulso de unión del macho y de la hembra para
consumar una fusión de mente y espíritu que puede llevar o no a la procreación.
Cuando a este impulso se le agrega el deseo emocional, se manifiesta la
satisfacción del deseo.
Dr. Ángel Luis Fernández.
Con Amor. La Zia
precioso! muchas gracias. Rocío Alba
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado Rocío.
ResponderEliminarAbraZiate!!!